"NARCOTRAFICO"...ATRAPADOS SIN RETORNO...LA MUERTE LENTA QUE TE OFRECE EL NARCOTRAFICO...El infierno de la droga, eso es lo que te ofrecen los narcotraficantes, los enemigos públicos, los destructores de familias...Nosotros decimos y advertimos: EL NARCOTRAFICO EXISTE PORQUE VOS CONSUMÍS.....LA TRATA DE PERSONAS...LOS NARCOTRAFICANTES...EL SICARIATO...EL TERRORISMO, SON LOS MERCADERES DE LA MUERTE, son los destructores de familias, son los asesinos de tus hijos...quintosextoquinto15@hotmail.com .....0342-155116381 o al Ministerio de Seguridad de la Nación 08005555065 (drogas - tratas - sugerencias - reclamos - ) deja tu denuncia anónima, tus críticas y todo lo que quieras...¡¡NO!! al narco y a la trata...Contactanos..AGREGAMOS: ""EL POLICÍA QUE SE UNE AL NARCO Y SUS SICARIOS, DE INMEDIATO SE CONVIERTE EN ASESINO DE POLICÍAS" Salam Job
para Miguel...
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
En un duro artículo, The Economist cuenta cómo Rosario "se transformó en una zona de guerra de pandillas"
La prestigiosa revista inglesa abordó el tema del narcotráfico en el país, en un artículo titulado "Una ubicación letal"LUNES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2016 •
La prestigiosa revista inglesa The Economist dio cuenta en una pormenorizada cronica de la grave situación de Rosario por el avance del narcotrafico. Cuestionó al gobierno de Cristina Kirchner por no ocuparse con seriedad del tema, y señaló a la Justicia y a la policía de Santa Fe.
El primer párrafo del artículo, titulado "Una ubicación letal", describe la experiencia de un joven rosarino que fue atacado a mano armada por motochorros. Y luego ahonda en la situación de la ciudad.
Rosario y sus 1.3 millones de residentes se volvieron conocidos en los últimos años por un duro motivo: su índice de crímenes excede por lejos a las otras ciudades argentinas. La frecuencia de los asesinatos está cerca de triplicar el promedio nacional; 137 personas fueron asesinadas en lo que va del año. El 25 de agosto, más de 20.000 rosarinos marcharon por las calles pidiendo medidas. Según una encuesta reciente, la mitad de los residentes dijo que ellos o un miembro de su familia había sido víctima de un crimen el año pasado.
La foto que usó The Economist para ilustrar la nota.
Otras partes del país pueden ser duras, también. Dos tercios de los argentinos dicen que se sienten inseguros caminando en sus barrios o ciudades, según Isonomía, una consultora. La inseguridad lidera la lista de preocupaciones nacionales, por sobre la inflación, la pobreza y el desempleo. Pero Rosario, ubicada en uno de los puntos centrales del país, sobresale.
Santa Fe alberga una red de 32 puertos que exportan granos y soja al mundo. Eso, por supuesto, es una ventaja económica. Pero esas capacidades también hacen de Rosario un punto de partida ideal para transportar drogas a Europa, normalmente a través del oeste de África. La cocaína boliviana llega a la ciudad por tierra; la marihuana paraguaya por río. La mayoría es exportada, pero parte del cargamento es distribuido en las villas de Rosario: distritos de concentración de pobreza en las afueras de la ciudad donde las pandillas locales pelean una guerra cada vez más brutal. "Los problemas se resolvían a través de insultos o una golpiza. Ahora es con balas", dice Gerardo Bongiovanni, que maneja la Fundación Libertad, un think tank.
Los barrios más pobres de Rosario son los más afectados, pero la diseminación de la violencia a las partes más ricas de la ciudad empujó el tema a la agenda política. El año pasado, Sandro Procopio, un arquitecto de 48 años, fue sorprendido por un disparo dentro de una construcción. El 15 de agosto, a Nahuel Ciarrocca, un atleta de 28 años, lo mataron durante un robo. Su asesinato fue un punto de inflexión. "Nahuel despertó la conciencia colectiva", dice Diego Giuliano, presidente del comité de seguridad del Concejo. Luego de su muerte, una protesta llamada "Rosario Sangra" fue organizada a través de Facebook.
La fuerza de policía de Santa Fe, encargada de proteger a los residentes de Rosario, es claramente parte del problema más que de la solución. Muchos de sus oficiales de altos rangos están sospechados de tener vínculos cercanos con las pandillas narco de la ciudad. Alrededor de 200 se encuentran ahora bajo investigación federal. Esto se extiende a lo más alto: en octubre, el jefe de policía provincial fue sentenciado a seis años de prisión por involucrarse en tráfico de drogas. Miguel Lifschitz, el gobernador de Santa Fe desde diciembre, luchó para encontrar un reemplazo: el actual jefe es el tercero en ocupar el cargo en lo que va del año.
La parte judicial es un desorden. Los jueces provinciales otorgan sentencias indulgentes y permiten la salida en libertad condicional de peligrosos criminales. Una razón de todo esto es el sobrepasado sistema de prisión. Un quinto de los 5000 prisioneros de Santa Fe están en estaciones de policía porque las prisiones están demasiado llenas para aceptarlos. En ausencia de una justicia estatal, algunos de los residentes de Rosario ejercieron la justicia por mano propia. Luego de detener a un ladrón en febrero, un grupo de vigilantes lo desnudó antes de llamar a la policía. Tuvo suerte: uno de 18 años fue linchado luego de robarle a una mujer embarazada, en 2014.
El gobierno de Cristina Kirchner hizo poco con respecto a las preocupaciones por la seguridad. Desde que la reemplazó en diciembre, Mauricio Macri trató de compensar el tiempo perdido. En enero declaró una emergencia de seguridad nacional y autorizó a la Fuerza Aérea a disparar aviones sospechados de pasar droga por las fronteras. En abril, su gobierno publicó las primeras estadísticas del crimen desde 2008. Las cifras muestran que el crimen creció un 10 por ciento desde entonces. El 30 de agosto, Macri anunció una nueva estrategia nacional para vencer el narcotráfico. Aunque si se miran los detalles, el plan busca atacar tanto la adicción como el narcotráfico.
Aunque es probable que se beneficie de estas medidas, se reconoce que Santa Fe necesita tratamiento especial. El 12 de septiembre, el gobierno nacional accedió a colocar oficiales de policía en la provincia hasta el final del año próximo. Esto había sido probado en 2014; tuvo ciertos efectos en el índice de asesinatos, pero el problema de raíz no fue resuelto. Esta vez, tanto las fuerzas federales como provinciales van a coordinar sus acciones a través de un "comité estratégico" que evaluará el progreso cada tres meses. Hay dudas sobre si esta política pública funcionará. Bongiovanni reconoce que sus ministros deberían buscar pericia externa. Mientras los políticos argentinos luchan para encontrar una solución duradera, los rosarinos continuarán cuidando sus propias espaldas.
En un duro artículo, The Economist cuenta cómo Rosario "se transformó en una zona de guerra de pandillas"
La prestigiosa revista inglesa abordó el tema del narcotráfico en el país, en un artículo titulado "Una ubicación letal"LUNES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2016 •
La prestigiosa revista inglesa The Economist dio cuenta en una pormenorizada cronica de la grave situación de Rosario por el avance del narcotrafico. Cuestionó al gobierno de Cristina Kirchner por no ocuparse con seriedad del tema, y señaló a la Justicia y a la policía de Santa Fe.
El primer párrafo del artículo, titulado "Una ubicación letal", describe la experiencia de un joven rosarino que fue atacado a mano armada por motochorros. Y luego ahonda en la situación de la ciudad.
Rosario y sus 1.3 millones de residentes se volvieron conocidos en los últimos años por un duro motivo: su índice de crímenes excede por lejos a las otras ciudades argentinas. La frecuencia de los asesinatos está cerca de triplicar el promedio nacional; 137 personas fueron asesinadas en lo que va del año. El 25 de agosto, más de 20.000 rosarinos marcharon por las calles pidiendo medidas. Según una encuesta reciente, la mitad de los residentes dijo que ellos o un miembro de su familia había sido víctima de un crimen el año pasado.
La foto que usó The Economist para ilustrar la nota.Otras partes del país pueden ser duras, también. Dos tercios de los argentinos dicen que se sienten inseguros caminando en sus barrios o ciudades, según Isonomía, una consultora. La inseguridad lidera la lista de preocupaciones nacionales, por sobre la inflación, la pobreza y el desempleo. Pero Rosario, ubicada en uno de los puntos centrales del país, sobresale.
Santa Fe alberga una red de 32 puertos que exportan granos y soja al mundo. Eso, por supuesto, es una ventaja económica. Pero esas capacidades también hacen de Rosario un punto de partida ideal para transportar drogas a Europa, normalmente a través del oeste de África. La cocaína boliviana llega a la ciudad por tierra; la marihuana paraguaya por río. La mayoría es exportada, pero parte del cargamento es distribuido en las villas de Rosario: distritos de concentración de pobreza en las afueras de la ciudad donde las pandillas locales pelean una guerra cada vez más brutal. "Los problemas se resolvían a través de insultos o una golpiza. Ahora es con balas", dice Gerardo Bongiovanni, que maneja la Fundación Libertad, un think tank.
Los barrios más pobres de Rosario son los más afectados, pero la diseminación de la violencia a las partes más ricas de la ciudad empujó el tema a la agenda política. El año pasado, Sandro Procopio, un arquitecto de 48 años, fue sorprendido por un disparo dentro de una construcción. El 15 de agosto, a Nahuel Ciarrocca, un atleta de 28 años, lo mataron durante un robo. Su asesinato fue un punto de inflexión. "Nahuel despertó la conciencia colectiva", dice Diego Giuliano, presidente del comité de seguridad del Concejo. Luego de su muerte, una protesta llamada "Rosario Sangra" fue organizada a través de Facebook.
La fuerza de policía de Santa Fe, encargada de proteger a los residentes de Rosario, es claramente parte del problema más que de la solución. Muchos de sus oficiales de altos rangos están sospechados de tener vínculos cercanos con las pandillas narco de la ciudad. Alrededor de 200 se encuentran ahora bajo investigación federal. Esto se extiende a lo más alto: en octubre, el jefe de policía provincial fue sentenciado a seis años de prisión por involucrarse en tráfico de drogas. Miguel Lifschitz, el gobernador de Santa Fe desde diciembre, luchó para encontrar un reemplazo: el actual jefe es el tercero en ocupar el cargo en lo que va del año.
La parte judicial es un desorden. Los jueces provinciales otorgan sentencias indulgentes y permiten la salida en libertad condicional de peligrosos criminales. Una razón de todo esto es el sobrepasado sistema de prisión. Un quinto de los 5000 prisioneros de Santa Fe están en estaciones de policía porque las prisiones están demasiado llenas para aceptarlos. En ausencia de una justicia estatal, algunos de los residentes de Rosario ejercieron la justicia por mano propia. Luego de detener a un ladrón en febrero, un grupo de vigilantes lo desnudó antes de llamar a la policía. Tuvo suerte: uno de 18 años fue linchado luego de robarle a una mujer embarazada, en 2014.
El gobierno de Cristina Kirchner hizo poco con respecto a las preocupaciones por la seguridad. Desde que la reemplazó en diciembre, Mauricio Macri trató de compensar el tiempo perdido. En enero declaró una emergencia de seguridad nacional y autorizó a la Fuerza Aérea a disparar aviones sospechados de pasar droga por las fronteras. En abril, su gobierno publicó las primeras estadísticas del crimen desde 2008. Las cifras muestran que el crimen creció un 10 por ciento desde entonces. El 30 de agosto, Macri anunció una nueva estrategia nacional para vencer el narcotráfico. Aunque si se miran los detalles, el plan busca atacar tanto la adicción como el narcotráfico.
Aunque es probable que se beneficie de estas medidas, se reconoce que Santa Fe necesita tratamiento especial. El 12 de septiembre, el gobierno nacional accedió a colocar oficiales de policía en la provincia hasta el final del año próximo. Esto había sido probado en 2014; tuvo ciertos efectos en el índice de asesinatos, pero el problema de raíz no fue resuelto. Esta vez, tanto las fuerzas federales como provinciales van a coordinar sus acciones a través de un "comité estratégico" que evaluará el progreso cada tres meses. Hay dudas sobre si esta política pública funcionará. Bongiovanni reconoce que sus ministros deberían buscar pericia externa. Mientras los políticos argentinos luchan para encontrar una solución duradera, los rosarinos continuarán cuidando sus propias espaldas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario