Norma Castaño contó de su lucha y Hugo Tognoli dijo que él era solo un jefe político. La mujer que denunció al exjefe de policía prestó testimonio en el juicio y dio detalles de manejos del submundo narco. Tognoli también quiso declarar y se desligó de las acusaciones
El ingreso. Cinco años después de su primera denuncia, Castaño llega al tribunal para testimoniar
Este lunes a la tarde tuvo lugar una de las audiencias más importantes del juicio oral y público contra el exjefe de policía, Hugo Tognoli, que junto a otros cuatro imputados está acusado por connivencia con el narcotráfico y por amenazas a la titular de la ONG Madres Solidarias, Norma Castaño.
Es que con declaraciones de más de una hora y media cada uno, declararon Castaño y luego Tognoli, y cada uno dio su versión sobre los hechos que dieron inicio a esta investigación. Ella contó sobre la adicción de su hijo de 16 años, Gabriel, que desde 2003 la llevó a inmiscuirse en un submundo narcocriminal para conocer quiénes eran los vendedores de droga barriales “que estaban matando a los pibes”.
Él, en cambio, contó que su cargo al frente de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones era político-institucional, que no estaba al tanto de las investigaciones que realizaban los agentes y que solo se enteraba de los procedimientos cuando ya se habían realizado, que no estaba al tanto de los movimientos o vínculos de José Luis Baella, (exsubjefe de Inteligencia de la DGPyCA también imputado en la causa), y que a Castaño la recibió en su oficina y le prestó atención a sus pedidos porque sabía que el exsecretario de Seguridad Pública de Santa Fe, Carlos Iparraguirre la conocía.
“Cuando asumió Hugo Tognoli al frente de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones, pedimos una entrevista con él para ponernos a disposición. Lo hacíamos con todos los jefes de Drogas. Queríamos colaborar para que se vendiera más droga en los barrios, contó Norma Castaño. Y detalló que hacía más de 20 años que lo conocía, porque los hijos de ambos jugaban juntos al fútbol.
“Una semana después de que asumió lo fuimos a ver, junto con otra madre, y quedamos que nos íbamos a apoyar mutuamente. Tognoli me dijo que él no podía confiar en los agentes que tenía en la Dirección, y que sabía que yo tenía mucha información sobre los vendedores y me empezó a pedir datos”. “¿Qué datos?”, preguntó el fiscal Suárez Faisal. “Me pidió si yo podía acercarme a Mendoza. En esa época yo vendía ropa, y con esa excusa fui a la casa de Mendoza, que vivía en avenida Galicia al 1700. Cuando fui estaba también la hija, que eligió algo de ropa y Mendoza me lo pagaba al contado, por semanas.
“Esas fueron las veces que lo vi a Mendoza. Hacia poco que él había salido en libertad, había estado preso por otra causa. Nosotros le creímos a Tognoli que iba a investigar. Hasta que empezamos a notar cosas. Un día, fuimos a su oficina con otra madre a denunciar a un narco que vivía enfrente de la casa de ella y a las dos horas ella lo vio a Tognoli en la casa del narco. Yo se lo reclamé y él primero trató de negarlo y después me dijo que había ido a verlo como parte de la investigación. Tiempo después, me cruzo con otro agente de Drogas, que me dice que Mendoza se había mudado, y me cuenta que se fue a la casa de Colastiné. Cuando vi la casa y los autos que tenía me enojé mucho con Tognoli y le hice la denuncia en la Justicia provincial, ante el juez Néstor Troncoso, pero nunca pasó nada con esa causa”.
—¿Después de denunciar a Tognoli volvió a hablar con Mendoza?
—Me llamó una vez el hijo y me dijo que el padre quería hablar conmigo en un bar. Le dije que sí, pero en mi casa. Cuando llegó, Mendoza me dijo que me ofrecía plata para retirar la denuncia porque sino Tognoli no lo dejaba trabajar. Yo le contesté que no la iba a retirar.
“¿Tognoli le entregó dinero para que comprara estupefacientes?”, le preguntó la abogada de Mendoza, Hilda Knaeblein.
“Sí, se los compré a Mendoza y se los llevé a Tognoli. Hice algo fuera de la ley para llevarle información”.
Luego de un cuarto intermedio, y de que se ventilara la sala de audiencias, Tognoli pidió declarar. Contó que trabajó 19 años en el Departamento Judiciales, hasta que en 2007, el por entonces secretario de Seguridad Pública, Carlos Iparraguirre lo llamó a su despacho. “Me corrió un frío por la espalda”, recordó Tognoli sobre el momento en el que Iparraguirre le propuso ser jefe de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (DGPyCA). “Después de esa reunión fue todo muy rápido, tuve que hacerme cargo de la Dirección el 2 de enero del 2008, cuando el personal estaba plagado de sumarios”, recordó.
Un administrador. Así se definió Tognoli en su cargo en la DGPyCA. Dijo que desconocía a quién investigaban los agentes / Foto: Manuel Testi - Uno Santa Fe
“Nunca di una orden para que se hiciera algo ilegal en contra de Castaño. De su denuncia en mi contra me enteré a fines de septiembre de 2012, a los 19 meses de que ella la presentó. Además, nunca le ordené a Baella investigar a Castaño o a Mendoza. Mal pude mandar a coaccionar a alguien si ni siquiera sabía que me había denunciado”, se adelantó Tognoli a las preguntas de la Fiscalía.
Y agregó: “Castaño iba a la DGPyCA a ver a una amiga, Carmen Locket, que trabajaba como jefa de área de prevención. En esas visitas, después iba a mi oficina. Nunca fue sola, siempre fue con otra mujer, María Silva, y nunca me pasaron información ni ningún tipo de denuncias”.
“¿Cuántas veces ocurrió esto?”, preguntó el fiscal.
“Habrán sido 3 o 4 veces al año. En una ocasión me pidió una oficina para atender a los adictos, otra vez me pidió si podía conseguirle una casa a ella, a través de Iparraguirre, y meses después quería una casa para el hijo. Todos esos pedidos se los transmití a Iparraguirre”.
—¿Por qué le transmitió el pedido a Iparraguirre?
—Porque a principios de enero del 2008, ella tuvo un conflicto con Marcelo Marinacci, su exmarido, y lo denunció. Iparraguirre me dijo que averiguara qué había pasado con esa denuncia. Entonces, viendo la relación que tenía. En otra ocasión Castaño también me contó que iban a derivar a DGPyCA al oficial Britto, que era pareja de Castaño. Yo le contesté “qué bien informada está usted, señora”, y me dijo que se lo había contado Hek (que era el jefe de Policía en aquel momento). Otra vez me preguntó si tenía conocidos en una concesionaria, porque debía plata de una cuota de un auto y la última vez que hablé fue cuando ella quiso que yo me hiciera cargo del arreglo de un móvil con el que Britto había tenido un accidente y que no le iniciara un sumario administrativo. Por supuesto que le dije que no y me dijo que me atuviera a las consecuencias. Esa fue la última vez que hablamos.
Luego se produjo una seguidilla de mas de 10 preguntas y repreguntas de la fiscalía tendientes a que Tognoli explicara cuál era su función como director de la DGPyCA. Contestó que él no estaba al tanto de las investigaciones que realizaba la Dirección, que a las pesquisas las manejaban los agentes con sus superiores inmediatos y con el juez y el fiscal de la causa para que no se filtrara la información. También dijo que la Dirección no tenía un reglamento interno.
—Pero entonces, ¿usted cómo sabía lo que tenían que hacer?
—Por responsabilidad funcional.
—¿Sobre quiénes?
—Sobre todos, pero eso no quita que yo no supiera qué estaban investigando.
—¿Cuando se enteró de la existencia de Mendoza?
—Cuando me comunicaron con un parte que le habían allanado la casa. Por año hacíamos entre 1.300 y 1.400 intervenciones por droga, Mendoza no era Escobar Gaviria, era un pelele.
Y ahí Mendoza pidió salir de la sala de audiencia.
“Pero entonces, ¿usted qué hacía en la DGPyCA?”, insistió el fiscal
“Era encargado de la parte política institucional, mi función era multifacética”.
—¿Y nadie le contaba lo que pasaba en la Dirección?
—Se venía trabajando así para que no haya filtraciones
—Pero usted era el jefe.
—Sí, todo bien, pero era la política reinante. Yo venía del Departamento Judiciales, no venía del trabajo de calle, tuve que hacer un curso acelerado para enterarme de ciertas personas.
—Cuando promovían a los agentes, ¿en base a qué información lo hacía?
—A los informes que ellos mismos elaboraban.
—¿Asuntos internos le pidió un informe sobre las investigaciones contra Daniel Mendoza?
—Me preguntaron formalmente si Mendoza estaba registrado como infractor de la ley de estupefacientes, no si se lo había investigado o si se lo estaba investigando. Y como no tenía registrada ninguna infracción, la respuesta fue negativa.
Gabriela Albanesi / galbanesi@uno.com.ar
DE NUESTRO BLOGS: www.combatealnarco-salam.blogspot.com.ar
"NARCOTRAFICO"...JUICIO ORAL...SANTA FE...EL CASO DE HUGO TOGNOLI...(ex jefe de policía) junto a otros cuatro imputados, acusados de connivencia con el narcotráfico y por amenazas a NORMA CASTAÑO quien lo denunciara oportunamente...en este blogs decimos: INOCENTES HASTA QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO, PERO IMPUNIDAD PARA NADIE...Titulado, comentado y publicado por SALAM JOB...
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